Caen un sacerdote y su novio por tráfico de viagra

La noticia ha sacudido a la población local.

En una captura que ha dejado a la comunidad de Don Benito, Badajoz, en un estado de sorpresa e incredulidad, un párroco local y su pareja sentimental han sido detenidos en relación con el tráfico de viagra y otras sustancias afrodisíacas potentes.

 

Operación policial en Don Benito: inicio de la investigación

 

La operación policial, llevada a cabo por la Guardia Civil, se desencadenó tras meses de investigación, culminando en los arrestos realizados en la vivienda que ambos compartían, y que era utilizada como punto de suministro de estas sustancias ilegales.

 

La noticia ha sacudido a la población local, donde el tráfico de tales medicamentos, incluidos los que están caducados, parece ser un servicio clandestino que operaba desde un lugar menos esperado: la casa sacerdotal.

 

Según reportes, el continuo flujo de visitantes a la residencia del párroco levantó las sospechas iniciales que llevaron a la Guardia Civil a iniciar la investigación.

 

Ambos individuos están acusados de estar presuntamente involucrados en una red de comercio ilegal de drogas, que incluye el robo de 374 cajas de pastillas de viagra caducadas de un laboratorio. Este caso ha provocado una profunda consternación en la comunidad, así como un comunicado de la Diócesis de Plasencia expresando su pesar por el "dolor, sufrimiento y escándalo" que los hechos suponen.

 

Consecuencias legales e impacto en la percepción pública

 

Tras su detención, el párroco ha sido puesto en libertad provisional con la condición de comparecer ante el juzgado los días 1 y 15 de cada mes y la retirada de su pasaporte como medida cautelar. Sin embargo, ha negado todas las acusaciones, afirmando que "todo se resolverá" y que las imputaciones en su contra son falsas. Por otro lado, su pareja ha sido enviada a prisión sin fianza.

 

Este caso destaca no solo por la naturaleza inusual de los delitos imputados sino también por el impacto en la percepción pública de la comunidad eclesiástica y sus miembros. La defensa legal del párroco insiste en la falta de pruebas que lo vinculen directamente con los hechos, lo que añade una capa de complejidad al proceso judicial en curso.

 

El desarrollo de este caso sigue siendo seguido de cerca tanto por la comunidad de Don Benito como por observadores externos, dada su naturaleza singular y las implicaciones más amplias que tiene para la confianza en instituciones tradicionalmente respetadas.

 

Con información de Excélsior.

 


 

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