Ataques en el norte de Israel se intensifican

Tras el ataque al sur de Israel, se registraron mil 200 fallecidos y 240 rehenes.

Tras 145 días del violento ataque de miembros del grupo terrorista Hamás al festival Supernova, que se celebraba en el desierto Negev, aproximadamente a cinco kilómetros de la frontera con Gaza, la guerra en Israel se ha extendido al norte del país, dejando entre 70 mil y 90 mil evacuados, donde el despliegue militar en este momento es más intenso que en el sur del país hebreo.

 

Desde el moshav Shar Yeshuw, a pocos kilómetros de Líbano y cercano a Siria, conversé con Guidi Harari, teniente coronel de la reserva israelí, con quien sentados en medio de un monte de la parte alta de Galilea, entre matorrales y con el sonido de misiles a lo lejos, hablamos de la situación en el norte del país, donde también radica.

 

 Me contó que en más de cuatro meses, tras el ataque del 7 de octubre, en poblados cercanos a Líbano al menos 65 mil personas han tenido que ser evacuadas. “Todo está desierto, no hay educación, no hay trabajo, agricultura, todo está cerrado, no hay negocios”.

 

Harari me decía que en ciudades como Metula, lugar que visité en 2008 y donde habían tenido una intensa guerra con el Hezbolá libanés en 2006, en la actualidad se ha convertido en una zona militar cerrada a la que no hay acceso por parte de civiles.

 

Cuando le pregunté a Harari si consideran que el grupo terrorista Hezbolá estaría dispuesto a atacar de manera más violenta, su clara respuesta fue que sí y que esperaba que el gobierno israelí estuviera listo para poder defenderse.

 

Mientras los ataques de Hezbolá se intensifican en el norte, muchos de los refugiados fueron reubicados en Jerusalén, donde la vicealcaldesa Fleur Hassan-Nahoum, me comentó que un gran número de hoteles de la ciudad están siendo utilizados como albergues acogiendo a alrededor de 35 mil personas. De esta forma buscan ayudar también a los trabajadores y dueños de hoteles, quienes se han quedado sin turistas. “Hemos organizado colegios en cada hotel, para quien quiera quedarse en su comunidad”, parte de lo que me comentó Fleur Hassan-Nahoum.

 

Ante este panorama se calcula que los refugiados podrían quedarse al menos hasta el mes de junio. 

 

Dueños de negocios como Sergio Helman, propietario del restaurante Humus Blues Bus, en la comunidad de Kiriat Shmoná, es el único dentro de una plaza de comida, que decidió no evacuar y quedarse trabajando.

 

Originario de Argentina, Sergio me dijo que cocinar en su restaurante es su única manera de seguir adelante pese al constante intercambio de misiles cercanos, como el que escuchamos mientras lo entrevistaba. Sergio me dijo que pese a que no se acostumbra a esta situación quiere seguir dando una mano a su comunidad manteniendo abierto su local.

 

Al momento de retirarme de la zona, alrededor de 20 minutos después se volvió a escuchar el lanzamiento de cohetes.

 

Nuestro conductor, contaba con una aplicación en el celular para recibir alertas en caso de que algún misil pudiera llegar hasta el lugar en el que estábamos, por lo cual aceleró el paso para salir del lugar.

 

Con información de Excélsior.

 


 

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