Robos y caos empeoran las cosas en Venezuela

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Las protestas contra el chavismo derivan en saqueos a manos de hordas incontroladas, lo que agrava el agudo desabastecimiento de Venezuela


Muchas tiendas de Valencia, capital del Estado de Carabobo, son cementerios de cristales rotos. Hace dos semanas que cientos de personas saquearon supermercados, industrias y hasta camiones cargados de productos. Ningún soldado habría podido contener a las hordas que durante tres días continuos, al principio, y después de manera intermitente, han diezmado el comercio en esta provincia. De los destrozos ha resultado una calamidad inmediata: el agravamiento del desabastecimiento.

 

Hasta hace poco más de un mes, en el apogeo de la ola de protestas contra el Gobierno de Nicolás Maduro y antes de los disturbios, Arturo Gómez, un pensionista de 86 años, sabía que hallaría comida en un abastecimiento de propietarios chinos en el municipio de Naguanagua, en Valencia. Pero el hombre ahora deambula por las calles, contempla con nostalgia las tiendas desvalijadas y lamenta no conseguir comida. "Jamás había visto algo así, una plaga pasó por este país. Lo poco que encuentro ahora tiene un costo diez veces mayor", dice.

 

El desabastecimiento ha empeorado debido a los continuos saqueos en algunas provincias de Venezuela. Damiano Del Vescovo, presidente de Fedecamaras (Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela) de Carabobo, pronostica una agudización de la escasez por la destrucción de 189 comercios y varias plantas industriales. "Carabobo es un Estado clave en la economía venezolana, pues representa un 30% del PIB del país. La crisis económica se ha acentuado desde 2012 en Venezuela, pero con la creciente ola de saqueos esta situación se agrava y el impacto directo recaerá sobre la población. No solo se ha tratado de pequeños comercios afectados, sino de importantes industrias como la procesadora de alimentos Mocasa, que proporciona pastas a los CLAP [un plan de Maduro para vender comida a precios regulados], un depósito de Empresas Polar y otras compañías. Estas últimas han sufrido daños transversales", afirma.

 

El desabastecimiento es mayor en los barrios pobres. A Colinas de la Guacamaya, un caserío del centro de la ciudad, no entran camiones para distribuir alimentos. "Hace unos años que nadie quiere entrar al barrio para vender productos, pues tienen pánico de ser robados. Todos los días hago un recorrido por varios almacenes para buscar comida, a veces encuentro lo que necesito y otras no", dice Rosa González, dueña de una diminuta bodega y madre de cuatro niños. 

Con información de El País.

Tags: venezuela,, crisis,, caos,

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