Detalles del libro Avarizia

VaticanoEl cardenal George Pell, a quien le encomendaron las finanzas del Vaticano, despilfarró 70 mil euros al mes


 

Vuelos en Business Class, trajes hechos a la medida, muebles de lujo donde no hay límites. En la iglesia del papa Francisco, el hombre que se encarga de la caja y las cuentas no se preocupa por sus gastos.

 

De acuerdo con un adelanto del libro Avarizia del periodista Emiliano Fittipaldi, que sale hoy a la venta, el cardenal australiano George Pell, el mismo que el Papa eligió para dirigir la nueva y poderosa Secretaría de Economía, gastó 70 mil euros al mes, entre julio de 2014 y enero de 2015, para mantenerse a sí mismo en una oficina donde trabajan solamente tres personas.

 

En enero de 2015”, narra Fittipaldi, “alguno envió al Papa las cuentas de todos los gastos que había hecho Pell”.

 

Bergoglio llevó su mano hacia sus lentes para enfocarlos, revisó las cuentas (unas veinte páginas llenas de números y facturas) para llegar al final y mover la cabeza ante la sorpresa: 501 mil euros gastados de julio a enero”.

En total 501 mil euros en seis meses salidos de las cuentas del Vaticano para pagar viajes en primera clase aun a lugares cercanos.

 

El cardenal australiano no escatima ni en viajes (para él y sus cercanos) ni en su forma de vivir ni vestir.

 

Por ejemplo, escribe el periodista del Expresso, en la casa que la Secretaría de Economía del Vaticano le ha rentado, en la cual se pagan 2 mil 900 euros al mes, Pell, con el dinero de la Santa Sede, pagó por la tapicería casi 7 mil 300 euros, 47 mil euros por los muebles y por “otros trabajos varios” un total de 33 mil euros.

 

Pero sus gustos lujosos, obviamente no quedan ahí. En la sastrería Gammareli, que desde 1798 viste a la Curia, hay diversas cuentas que superan, cada una, los 2 mil 500 euros.

 

Y no es el único ejemplo, Fittipaldi narra cómo las limosnas de los fieles han terminado por años, invertidas en la bolsa o, igulamente, convertidas en lingotes de oro en la Banca Vaticana. Sobra decir que estas limosnas nunca llegaron a los más necesitados, “pues aunque se habla mucho de pobres, los que están arriba se mueven como empresarios en una banca de negocios”.

 

Con información de Excélsior

Tags: vaticano,

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