Mujer muere tras ataque de caimán que volcó su canoa

Una tarde soleada de mayo, en los pantanos de Florida terminó en tragedia para Cynthia Kay Diekem, de 61 años, quien murió tras ser atacada por un caimán de casi tres metros y medio de largo cuando remaba con su esposo en una canoa sobre Tiger Creek, cerca del Parque Estatal del Lago Kissimmee.
El informe final de la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida (FWC) reveló nuevos detalles de un ataque que sacudió a la comunidad local y reavivó el debate sobre la convivencia con fauna salvaje en el estado.
Según el informe de la FWC, la pareja remaba sin saberlo hacia un caimán de aproximadamente 3.45 metros (11 pies y 4 pulgadas) que se encontraba sumergido en aguas de apenas 76 centímetros (2.5 pies) de profundidad. El reptil se agitó violentamente cuando la canoa pasó sobre él, provocando que ambos ocupantes fueran arrojados al agua.
“La víctima fue mordida inmediatamente en el torso, y los esfuerzos de su esposo por ayudarla fueron infructuosos”, indicó el reporte. “El caimán dio una voltereta mortal y se alejó nadando con la víctima”.
El cuerpo de Diekem fue localizado y recuperado horas más tarde por oficiales de la FWC y tramperos especializados, quienes también capturaron al caimán implicado. El incidente continúa bajo investigación para determinar si se tomaron las precauciones necesarias al remar en un área conocida por su alta concentración de caimanes.
Caimanes y humanos en Florida: una relación cada vez más riesgosa
La tragedia de Diekem reavivó la discusión sobre seguridad en actividades recreativas. “La gente subestima el poder y territorialidad de estos animales. La clave es la prevención”, afirmó Frank Mazzotti, herpetólogo de la Universidad de Florida, al diario Orlando Sentinel tras incidentes recientes. El experto enfatiza que los caimanes suelen atacar al sentirse amenazados o invadidos.
Un equilibrio frágil con la fauna salvaje
El Parque Estatal del Lago Kissimmee, donde ocurrió el ataque, es un destino popular de observación de aves y vida silvestre, con más de 35,000 acres de humedales. Los visitantes suelen reportar avistamientos de caimanes de gran tamaño, un atractivo que también implica riesgos.
“La coexistencia con especies peligrosas es parte de la vida en Florida”, explicó Clare Nullis, vocera de la Organización Meteorológica Mundial, al referirse recientemente a fenómenos extremos que alteran ecosistemas. “El cambio climático y la alteración de hábitats están acercando cada vez más a los animales salvajes a zonas humanas”, dijo.
La FWC recordó que el simple contacto visual con un caimán no significa peligro inmediato, pero advierte que estos reptiles son rápidos tanto en el agua como en tierra durante ataques sorpresa. Recomiendan a excursionistas y pescadores mantener al menos 15 pies (4,5 metros) de distancia y nunca alimentar a los caimanes, ya que esto genera habituación y eleva el riesgo de encuentros peligrosos.
Para la familia de Cynthia Kay Diekem, la tragedia deja un vacío irreparable. Amigos y vecinos organizaron una vigilia en su honor en Lakeland, donde residía. “Era una mujer amable, activa y amante de la naturaleza”, comentó su sobrina a WESH News.
“Quiero que la recuerden como alguien que amaba el agua y la vida, no por la manera en que murió”.
El incidente sigue bajo investigación por parte de la FWC para determinar protocolos adicionales de seguridad en Tiger Creek y áreas circundantes del Lago Kissimmee, mientras Florida se adapta a una realidad en la que la expansión humana y la vida salvaje conviven cada vez más de cerca, a menudo con consecuencias fatales.
Con información de Excélsior.