Se quedará en la cárcel por matar a su hija de 4 años

Recibe ejemplar sentencia por Feminicidio.

La Fiscalía General del Estado, acreditó con las pruebas necesarias la responsabilidad de Adolfo Calvillo Pérez en el delito de Feminicidio cometido en agravio de su hija de cuatro años de edad, por lo que recibió un fallo condenatorio en su contra,  de 50 años de prisión que deberá purgar en el Centro de Readaptación para Varones.

 

En el primer trimestre del 2018, el imputado comenzó a mostrar un comportamiento agresivo hacia la víctima, pues buscaba cualquier pretexto para agredirla físicamente, situación que le provocó a la madre de la menor extrañeza, por lo que le cuestionó el porqué se portaba de esa manera con la menor de edad, a lo que Adolfo señaló que él sospechaba que ella no era su hija biológica.

 

Al transcurrir de los días, el sujeto intensificó los episodios violentos contra la infante, en los que la golpeaba o la regañaba sin razón, además de amenazar a su esposa, para que callara las agresiones de las que era testigo; de igual manera, el acusado tomaba distintas oportunidades a solas con la menor, para golpearla en toda su humanidad con objetos contundentes y corto-contundentes.

 

Tras varios meses en esa situación llegó el día lunes 06 de agosto del año 2018, aproximadamente a las 14:30 horas, momento en el que el acusado se encontraba con la víctima y  otro de sus hijos; de tal suerte que la menor se metió a bañar y una vez que terminó de ducharse, comenzó la búsqueda de un cepillo para peinarse el cabello, por lo que fue a la habitación en la que se encontraba Adolfo para buscar el peine, al no encontrarlo, le preguntó al adulto si él sabía dónde era que se encontraba — ¿que yo tengo el peine?, ¿que me lo encargaste?— respondió molesto.

 

La víctima al escucharlo se quedó parada en el acceso al dormitorio, sin decirle nada; de pronto, el acusado le dijo a la pequeña: —¡muévete! si no, te voy a pegar— pero como la menor no encontraba el peine, el acusado se molestó bastante y comenzó a golpearla con sus manos, en distintas partes de su humanidad: en la espalda, en la cabeza y sobre todo en la región abdominal, siendo que con la fuerza que empleó, le provocó perforaciones intestinales, prolongando la agresión por cerca de cinco minutos para después retirarse.

 

Después de un tiempo, la madre de la menor arribó al inmueble, percatándose de que la niña  estaba llorando y se quejaba del dolor; al platicar con ella, la pequeña le refirió que su padre la había golpeado, por lo que la madre le dio un analgésico para calmarle el dolor y aproximadamente a la 01:00 horas del día 07 de agosto, la niña se quedó dormida.

 

A las 07:30 horas, la madre se percató que su hija estaba muy pálida, inconsciente y no respiraba, posteriormente el acusado vio lo sucedido también y comenzó a ponerse muy nervioso, caminando de un lado a otro.

 

Luego de minutos repitiendo la acción, el sujeto ideó un plan para salvarse, pues le indicó a su esposa que debía protegerlo, forzándola a que argumentara ante las autoridades que la menor había muerto a consecuencia de que fue víctima de un secuestro y tras el pago de un rescate, les había sido devuelta sin vida y envuelta en una cobija; amenazando de nueva cuenta a la fémina que lo hiciera de esa forma, porque de lo contrario la mataría. Situación que en especie no aconteció.

 


 

 

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