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Ayuno y ciencia: qué efectos realmente tiene este patrón nutricional en nuestra salud

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La restricción calórica temporal ayuda a reducir los factores de riesgo de varias enfermedades.

Tradicionalmente se ha considerado el ayuno como algo "malo" para la salud. Sin embargo, según los últimos datos científicos, como este estudio recopilatorio del Instituto Nacional del Envejecimiento de Baltimore, nada más lejos de la realidad: el ayuno se presenta como una buena herramienta para mejorar nuestro estilo de vida.

 

Por supuesto, no es una cuestión sencilla, y simplificarla es de poca ayuda. Sin embargo, podemos entender cómo funciona y cómo se puede aplicar en nuestra vida diaria para aprovechar sus beneficios.

 

El ayuno tiene beneficios avalados por la ciencia

El ayuno tiene beneficios comprobados a nivel científico. En otras palabras, que existe un aval de la ciencia para decir que es bueno para la salud. Pero esto es muy genérico.

 

¿Cuáles son estos supuestos beneficios? Cada vez son más los estudios que han comprobado que la restricción calórica temporal ayuda a reducir los factores de riesgo de varias enfermedades. Entre ellas, el Departamento de Cirugía de la Louisiana Medical University encontró buenos resultados contra el síndrome metabólico, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. El Instituto Nacional del Envejecimiento de Baltimore, una de las instituciones que más ha publicado sobre el tema, halló también beneficios contra las enfermedades neurodegenerativas.

 

Otros estudios producidos en la misma institución también apuntan a que reducir el tiempo de ingesta, y espaciar entre comidas, ayuda a reducir la grasa corporal. Esto se complementa con los resultados obtenidos en la Universidad de Chicago que indican que el ayuno puede contribuir a aumentar la cantidad de masa magra (el músculo) o a mejorar la neuroplasticidad. Este mismo equipo demostró evidencias de que el ayuno realizado durante 24 horas, alternado con días de ingesta libre, pero controlada, ayuda a perder peso más rápidamente. Aunque la gran mayoría de investigaciones se han realizado sobre personas con sobrepeso o poblaciones de ciertas características muy concretas, muchos de estos beneficios serían extrapolables a cualquier persona.

 

La ciencia se esconde en nuestros ritmos biológicos

Toda nuestra vida diaria está determinada por nuestro ritmo biológico. Sabemos con seguridad que los desajustes en los ritmos circadianos pueden propiciar un desajuste metabólico severo. Este puede acabar en varias enfermedades, entre las que se encuentra la obesidad.

 

Los problemas con los ritmos biológicos van desde la falta de sueño y el cansancio a la ganancia de peso, pasando por la torpeza, el malestar y, a la larga, la aparición de diversas enfermedades neurológicas y metabólicas. Respetar los ritmos circadianos es una necesidad, y cuando no lo hacemos el cuerpo se resiente.

 

¿Qué tipos de ayuno existen?

Con la "moda" de mejorar nuestro estilo de vida y nuestra nutrición, se han venido dando una serie de modalidades determinadas para facilitar la adopción del ayuno en nuestro día a día. Hasta donde sabemos, los beneficios del ayuno comienzan a notarse a partir de las 12 horas sin ingerir comida. Sin embargo, podemos encontrar todo tipo de "ayunos" enmarcados en la técnica del "ayuno intermitente".

 

El ayuno intermitente, o Intermittent Fasting (IF), consiste en alternar periodos sin comer con periodos de ingesta organizados según un patrón. Los más conocidos son el ayuno 16/8, 24 y 48. Con estas cifras se hace referencia al tiempo que se pasa sin comer. Por ejemplo, el ayuno 16/8 consiste en realizar periodos de ayuno de 16 horas, seguido de periodos en los que podemos comer normalmente durante ocho horas. Para los ayunos diarios, la estrategia consiste en comer durante 24 horas, ayunar otras 24 etc.

 

El ayuno no lo es todo

Ligado a todos estos resultados existe otra evidencia que no podemos olvidar: a la hora de perder peso, el ayuno es tan efectivo como una dieta, pero no más. En otras palabras, ayunar y alimentarnos mal no sirve de nada a la hora de perder peso. ¿Para qué querríamos ayunar, entonces? Porque además del control de la grasa, como ya hemos dicho, puede tener otros beneficios en nuestra salud.

 

El ayuno, como vemos, no es una herramienta que valga por sí sola. Más bien es algo que puede ayudar a potenciar los resultados, y sumar beneficios, a la hora de adoptar un patrón de vida saludable. Esto nos lleva a una última pregunta: ¿qué tipo de ayuno deberíamos escoger? Para sacar el máximo beneficio deberíamos optar por el que sea más sencillo de adoptar.

 

La adherencia, como ya hemos hablado en otras ocasiones, es el secreto de un estilo de vida saludable. Hacer una dieta, o adoptar un patrón de ayuno que dejaremos en un mes no nos sirve de nada, y sus beneficios, que siempre son a largo plazo, no serán muchos. Por el contrario, si nos acostumbramos a vivir con el ayuno en nuestro día a día, podremos potenciar estos beneficios sin apenas darnos cuenta.

 

Con información de Xataka.


 

Tags: salud,, ayuno,, Beneficios,

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