El sueño, entre las víctimas del covid

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Según un estudio, 17.5% dijo consumir más bebidas con cafeína; más de 40% atrasó sus horarios para desayunar, comer y cenar.

La pandemia de covid-19 le ha quitado el sueño, de manera literal, a algunas personas, y ha aumentado los problemas de quienes ya padecían insomnio, al grado de que han tenido que incrementar el consumo de medicamentos para poder dormir. También ha ocasionado una disminución en la calidad del sueño.

 

Los grupos más afectados por este problema son las mujeres, los jóvenes, las personas que han pasado la cuarentena en condiciones de soledad o aquellas que viven en espacios físicos menores a 50 metros cuadrados.

 

Así lo revela una investigación sobre los hábitos de sueño, y los síntomas de trastornos del dormir durante la pandemia de covid-19 para la cual se encuestaron a 4 mil 831 personas de países de Latinoamérica, principalmente de México, Colombia, Costa Rica y Argentina.

 

Durante una entrevista con Excélsior, el doctor Ulises Jiménez Correa, investigador de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM, detalló que entre los hallazgos de dicha investigación se encuentra que más de la mitad de los encuestados se acuesta y se levanta más tarde de lo habitual: 56.6% y 50.5%, respectivamente.

 

"En cuanto al uso de estos medicamentos, que se conocen como hipnóticos, 5.7 por ciento reportó que habían incrementado su consumo de medicamentos para dormir, ya los consumían y se vieron en necesidad de aumentar las dosis y es algo que no podemos descuidar porque es probable que estén aumentado este consumo por su cuenta, al estar limitados los servicios de salud, pues no hay oportunidad de ir al médico y el problema es que pueden venir otras complicaciones como la pérdida del efecto terapéutico y síntomas de abstinencia”, advirtió.

 

De acuerdo con el estudio, cuatro  de cada diez  entrevistados incrementó el uso de dispositivos electrónicos mientras que  17.5 por ciento  dijo consumir más  bebidas con cafeína.

 

En tanto 42.9 por ciento, 42.8 por ciento  y 36.4 por ciento atrasaron sus horarios para desayunar, comer y cenar; respectivamente.

 

"Respecto a los síntomas de trastornos del sueño, 18.2% mencionaron tener empeoramiento de sus síntomas de bruxismo, 11.1% de pesadillas y 16.9% de ronquido. Se identificó una disminución significativa de la calidad de sueño, midiéndolo de  0 al 10,  antes de la pandemia la gente le daba un promedio arriba de 7, ahora bajó 2.5.

 

"Con estos resultados se puede decir que hay una alta prevalencia de hábitos de sueño disfuncionales”, refirió Jiménez Correa.

 

Al explorar los  hábitos y trastornos del sueño durante la pandemia de covid-19,  la investigación realizada por Jiménez Correa, en colaboración con especialistas de Colombia, Costa Rica y de la Universidad Veracruzana, encontró que durante cuatro días a la semana se identifica dificultad para comenzar a dormir, para levantarse, cansancio y la somnolencia diurna, lo que habla de un problema clínicamente significativo que no se resolverá de manera espontánea.

 

"Desde que inició la cuarentena se han reportado diferentes alteraciones del sueño, principalmente síntomas de insomnio y de fase atrasada de sueño. Esto ha sido explicado por medio de diferentes factores: pérdida de horarios específicos para llevar a cabo las actividades de la vida diaria, exceso de estimulación luminosa artificial durante la noche; además de síntomas de ansiedad y estrés”, explicó el especialista.

 

Antes de la pandemia, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino en 2016, los mexicanos ya registraban una prevalencia de insomnio de 18.8 por ciento, porcentaje que puede incrementarse a raíz de la pandemia.

 

En este contexto, el doctor Jiménez Correa alertó que entre los riesgos de no dormir bien en el corto plazo se encuentran el estar somnolientos, lo que aumenta el riesgo de accidentes y, en el largo plazo, se convierte en un factor de riesgo para el desarrollo de males como hipertensión, diabetes y obesidad.

 

"Finalmente, el sueño es un proceso biológico que básicamente es una necesidad. Sirve para mantener nuestro estado de salud física y mental bien en términos generales, entonces, si tenemos síntomas de insomnio, síntomas de otros trastornos del sueño durante la pandemia, si nos estamos levantando tarde, durmiendo tarde, la satisfacción de esta necesidad está alterada, lo que nos pone en mayor riesgo de enfermarnos de diferentes cosas”, advirtió el especialista.

 

Ante ello, planteó la importancia de implementar programas de intervención para que la población comience a mejorar su calidad del sueño, principalmente  para los grupos que resultaron con la mayor afectación en el tiempo y la calidad de éste como consecuencia de la contingencia sanitaria.

 

Con información de Excélsior.


 

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